Planeta

sábado, 24 de enero de 2009

San Francisco de Sales


Su primer sermón le dio una extraordinaria reputación
Francisco nació en 1567 en el castillo de Sales en Saboya, Francia, y era miembro de la alta nobleza. Desde su infancia Francisco sintió la vocación religiosa, pero su padre quería que se dedicara a la carrera pública. Después de mandarlo a estudiar leyes a Padua, le hizo consejero en el Parlamento de Chambéry. Gracias a la intervención de su primo Luis de Sales, Francisco consiguió el consentimiento de sus padres para ordenarse sacerdote.

Su primer sermón le dio una extraordinaria reputación, pero Francisco no buscaba el consentimiento de los hombres, de modo que prefirió continuar su carrera visitando a la gente humilde de las aldeas. Algunos años después fue enviado a Ginebra y Chablais para ayudar a que estas tierras renunciaran al calvinismo. A su llegada, sólo encontró siete católicos, y en cuatro años logró que el catolicismo se restaurara en toda la región. Debido a su éxito, fue nombrado coadjutor del obispo de Ginebra.

San Francisco se tomó tan en serio sus nuevas obligaciones que pronto cayó enfermo. Al poco tiempo de recuperarse, su superior falleció y él fue nombrado obispo. A pesar de que su salud empeoraba con los años, continuo predicando y trabajando mucho más allá de sus fuerzas, sobre todo en su lucha contra el calvinismo. Nunca se cansó de predicar el amor de un Dios bueno y misericordioso; no en vano su máxima siempre fue “Todo por amor y nada por la fuerza”.

San Francisco de Sales muere en Lyón, Francia hacia el año 1622, tras sufrir una apoplejía. San Francisco es doctor de la Iglesia y patrono de los periodistas.

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